
Continuamos analizando aquellos hábitos que, poco a poco y sin que usted se dé cuenta, hacen que el dinero que junta se reduzca a unos cuantos pesos. En la parte 1 vimos las conductas básicas, ahora iremos un poco más allá.
d. No cancelar las membresías que no usa
Ahora muchísimos servicios se mueven a base de membresías, ese es el negocio y a veces para cancelarlas tiene que pasar cierto tiempo. Esto hace que con el pasar de los meses nos olvidemos de cancelarlas porque aparentemente no nos cobran mucho pero estos pequeños montos debitados de su cuenta o cargados a su tarjeta de crédito, hacen que el presupuesto aumente y el ahorro merme.
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e. Decirle no a las tarjetas
No se trata de tenerles miedo. Sin importar todo lo que le hayan dicho, los plásticos no son la reencarnación del anticristo (pero si desea puede conocer los 5 pecados de las tarjetas de crédito). Al contrario, usar la tarjeta de manera consciente le permitirá aprovechar los descuentos que le ofrecen las empresas, siempre y cuando le convengan (vuelva a leer la letra “a” en la parte 1).
Lo ideal es que si está comprando algo en descuento no lo pague en cuotas, pues ahí el interés ya se llevó de encuentro la rebaja y será como comprarlo a precio normal. Si quiere aprovechar los beneficios tiene que asegurarse de tener la tarjeta que más le convenga. Para eso, utilice el comparador de tarjetas de crédito y verifique las opciones.
f. Comprar para el día a día
Si ya sabe que durante el mes utiliza tres botellas de aceite, entonces ¿por qué ir cada diez días a comprar una? Los supermercados suelen sacar ofertas a fin de mes o en quincena, porque saben que las personas tendrán el bolsillo lleno durante esas fechas. No compre todo lo que aparezca pero evalúe las ofertas y compre por mayor aquello que ya sabe que necesitará. A la larga, le conviene más. No solo ahorra tiempo en compras si no también el dinero de ir desde su casa al súper y algunos otros pesos más.
Ahora conoce las conductas básicas y no tan básicas que atentan contra su ahorro. ¡Aléjese! Y empiece a ver los frutos de aquello. Si aún piensa que eso no es para usted, la guía de los malos ahorradores le ayudará a hacer del ahorro algo prácticamente innato.