¡Es cuestión de inteligencia financiera!

Actualizado el 4 de Febrero 2013
¡Es cuestión de inteligencia financiera!

Normalmente hemos aprendido a ser inteligentes en dos direcciones: la racional y la emocional. La primera busca que seamos ágiles para desarrollar un pensamiento abstracto y razonar, comprender ideas complejas y solucionar problemas que requieran un pensamiento analítico y racional, mientras que la segunda busca que seamos capaces de reconocer y manejar no solo nuestras emociones y sentimientos sino también las de aquellos que estén a nuestro alrededor.

Sin embargo, no hemos sido enseñados a ser inteligentes en materia económica y financiera. Por una parte, la inteligencia económica hace referencia a la habilidad que nos permite aprender a generar recursos para poder alcanzar el nivel de vida que deseamos. Dicho de otro modo, significa al aprovechamiento de nuestras capacidades personales para obtener ingresos y ganancias.

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A diferencia de esta, la inteligencia financiera es la destreza que tenemos las personas para desarrollar hábitos financieros que nos permitan administrar eficientemente nuestro dinero, bien sea a través de inversiones, ahorro o de un adecuado financiamiento. Si queremos tener un IQ Financiero elevado es importante que revisemos estas cinco preguntas detenidamente:

¿Cómo estoy organizando mis ingresos?

Lo que empieza bien termina bien. Es muy importante ser conscientes de la cantidad de dinero que recibimos semanal, quincenal o mensualmente. Aunque nos cueste creerlo, la mayoría de personas no pueden decir con precisión la cantidad de dinero que reciben y por lo tanto no conocen exactamente cuáles son sus egresos. Debemos establecer un método para organizar nuestras ganancias y de esta manera poder distribuirlas entre las obligaciones que hayamos proyectado, que pueden incluir tanto gastos como ahorro e inversión. Entre una amplia variedad de métodos podemos encontrar desde la tradicional libreta hasta novedosas aplicaciones tecnológicas.

¿Cómo estoy cubriendo mis gastos?

Muchas veces cumplimos con nuestras obligaciones pero no tenemos muy claro de dónde estamos obteniendo el dinero. No sabemos si por cubrir cierto gasto estamos descompletando el presupuesto de otro o si estamos endeudándonos para poder pagarlos. Es muy importante establecer objetivos y prioridades en los gastos y así mismo asignar un presupuesto a cada uno para poder cumplir con ellos sin que se conviertan en un dolor de cabeza.

¿Cuento con un excedente para ahorro o inversión?

Si bien cumplir con nuestros gastos es fundamental, para ser un genio financiero debemos destinar parte de nuestro dinero al ahorro y la inversión. Por mínima que sea esta suma de dinero será importante y representativa a futuro. Ahorrar nos permitirá construir un capital que podremos emplear para alcanzar algún objetivo que nos hayamos propuesto (viajar, comprar casa, comprar carro, estudiar, invertir, etc) mientras que invertir será una excelente herramienta para multiplicar nuestro dinero (acciones, finca raíz, divisas, etc)

¿Necesito financiarme?

Los créditos no son peligrosos; lo peligroso es darles un mal manejo. La inteligencia financiera nos permitirá acceder a créditos para financiarnos sin que estos sobrepasen nuestra capacidad de endeudamiento. El endeudamiento no es nocivo siempre y cuando contemos con los recursos necesarios para hacer frente a la deuda, sin que esto afecte nuestra calidad de vida y la de nuestra familia.

¿Qué hago con mis nuevos ingresos?

Una vez recibamos el retorno de nuestra inversión o tengamos cierta suma de dinero ahorrado debemos dar el siguiente paso. Una persona con poca inteligencia financiera muy seguramente utilizaría este dinero en consumo: estrenar ropa, cambiar de carro, remodelar la vivienda o salir de vacaciones; una persona financieramente inteligente reinvertiría este capital para multiplicar su dinero. Estos nuevos ingresos no deben desaparecer sino deben ayudarnos a alcanzar nuestra libertad financiera a través del efecto multiplicador de la reinversión.

 

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