Algunos piensan que adquirir una vivienda es algo de “adultos”, y por adultos se refieren a estar casado y tener hijos. Sin embargo, adquirir una vivienda estando en los veintitantos y siendo soltero, no es una locura. Por el contrario, se trata de un periodo bastante positivo para hacerlo y cada vez son más los que se animan a intentarlo.
¿Por qué unirse a ese grupo? Aquí tres razones clave:
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Si no tienen familia, pueden pagar más rápido el crédito
La mayoría aún vive solo o con sus padres y no tiene familia propia (entiéndase por hijos y/o está casado), por lo que puede destinar mayor parte de sus ingresos al ahorro de la cuota inicial y posteriormente, al pago del crédito hipotecario, haciendo pagos adicionales algunas veces al año, lo que les permitiría terminar de pagar el crédito en un plazo menor.
Pueden sentar las bases de una futura inversión
Al comprar una vivienda no significa que deban quedarse a vivir en ese sitio para siempre; por el contrario, pueden adquirirla para arrendarla y hacer que el crédito se pague solo, generando una fuente de ingresos adicional que puede ayudarlos a pagar sus estudios de post grado o cualquier otra meta trazada. Además, un beneficio extra se da si realizan la compra en planos, ya que al no haberse construido aún, costará mucho más barato.
Es ideal adquirir un apartamento que se adecúe a sus necesidades actuales
De acuerdo con los expertos, lo ideal es que opten por algo que se adecúe a lo que actualmente necesitan y no necesariamente la casa con jardín que todos sueñan. El hecho de que les queden muchos años de desempeño laboral, hace posible que más adelante puedan negociar una nueva hipoteca que, incluso, pueda pagarse con la primera.
Por último, hablamos de una generación que tiene la tecnología de su lado, por lo que utilizarla para encontrar los mejores proyectos de construcción, las zonas con más plusvalía y el crédito de vivienda más adecuado, será lo ideal. Y para lo último, pueden recurrir a Comparabien.