 
  Si estás pensando en comprar vivienda y tu banco te habla de un crédito hipotecario con codeudor, es normal que te surjan dudas: ¿quién es ese codeudor, qué firma realmente y qué implica a futuro? En pocas palabras, el codeudor es la persona que “pone el hombro” contigo para que el banco apruebe el préstamo. Pero más allá de la definición sencilla, hay impactos legales y financieros que conviene entender antes de estampar la firma.
Codeudor: el coequipero legal del préstamo
En Colombia, cuando tomas un crédito hipotecario, el banco evalúa tu capacidad de pago, tu historial y las garantías. Si no alcanzas los ingresos exigidos o tu score no es suficiente, puedes sumar un codeudor. Esa persona se compromete a responder por la deuda en los mismos términos que tú. Por eso a veces verás el término “deudor solidario”: significa que la entidad puede cobrarle indistintamente al deudor principal o al codeudor si hay incumplimiento.
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Algo clave que suele pasar desapercibido: ser codeudor no te convierte en dueño del inmueble. Solo eres propietario si también apareces en la escritura y en el certificado de tradición y libertad. De lo contrario, asumes las obligaciones del crédito sin recibir derechos sobre la vivienda.
¿Cómo funciona un crédito hipotecario con codeudor?
El esquema es relativamente simple. El banco emite un pagaré y una carta de instrucciones que firma el deudor principal y firma también el codeudor. La hipoteca recae sobre el inmueble que compras, pero la obligación es personal para ambos. Eso le da al banco dos vías de cobro: el inmueble hipotecado y los bienes presentes y futuros del deudor y del codeudor.
En la práctica, agregar un codeudor puede mejorar la tasa, aumentar el monto aprobado o permitir que el crédito pase de preaprobado a aprobado. Suele ser común cuando el comprador es joven, independiente o está formalizando ingresos. También se usa en vivienda VIS y No VIS cuando la cuota inicial es limitada.
Para comprender mejor cómo adquirir una vivienda, puedes revisar esta guía sobre ¿Cómo sacar un crédito de vivienda?.
¿Cuándo tiene sentido sumar un codeudor?
No siempre es la mejor jugada, pero hay momentos en que sí suma. Por ejemplo, cuando tu endeudamiento es sano pero tus ingresos formales aún no muestran toda tu capacidad (recién contratado, cambio de empresa, consolidación de negocio). También cuando dos personas van a vivir juntas y, aunque solo una figure como propietaria, la otra decide apoyar temporalmente para mejorar la aprobación.
Eso sí, vale preguntar si la necesidad es temporal. Si en 12 a 24 meses proyectas mejorar ingresos, quizá sea mejor juntar más cuota inicial, renegociar o esperar una nueva evaluación en lugar de involucrar a alguien más en tu vida financiera por 15 o 20 años.
Ventajas y desventajas de incluir un codeudor
- Ventajas: aumenta la probabilidad de aprobación, puede mejorar condiciones (plazo, monto, tasa) y aporta estabilidad para el banco si uno de los dos pierde ingresos temporalmente.
- Desventajas: el codeudor asume responsabilidad total; afecta su capacidad de endeudamiento futuro y su puntaje; si hay mora, ambos quedan reportados y pueden enfrentar procesos de cobro y embargo.
Requisitos para ser codeudor en Colombia
Los requisitos para ser codeudor de un crédito hipotecario suelen parecerse a los del solicitante, con ajustes según entidad:
- Ingresos demostrables y estables (certificación laboral, extractos, declaración de renta si aplica).
- Buen historial en centrales de riesgo (Datacrédito y TransUnion) sin reportes negativos.
- Capacidad de endeudamiento suficiente para cubrir la obligación en caso de ser necesario.
- Documentos de identificación, soportes de ingresos y, en independientes, RUT y estados financieros.
- En algunos casos, patrimonio suficiente o estabilidad laboral mínima de 6 a 12 meses.
Un detalle técnico que influye: los bancos calculan la relación cuota/ingreso. Al sumar un codeudor, combinan ingresos y verifican que, aun si uno falla, la obligación no quede sin respaldo. Por eso pueden solicitar soportes de ambos y simulaciones con distintos escenarios.
Responsabilidades y riesgos: más allá de “ayudarle” a alguien
Ser codeudor no es ser “referencia” ni “recomendación”. Es ser coobligado. En términos legales, la responsabilidad suele ser solidaria, lo que habilita al banco a cobrarte incluso sin agotar primero al deudor principal. Si el crédito entra en mora, tanto tú como el deudor serán reportados a las centrales de riesgo y pueden iniciar un proceso ejecutivo con embargo.
Aquí aparece una verdad incómoda que rara vez te cuentan al firmar: aunque el deudor principal pague puntualmente, el hecho de ser codeudor reduce tu capacidad de endeudamiento. En la mayoría de entidades, ese crédito se suma al cálculo de tus obligaciones mensuales, lo que limita solicitudes futuras de tarjeta, vehículo o, incluso, otro préstamo hipotecario a tu nombre. No es un castigo; es gestión de riesgo. A ojos del banco, tú ya estás comprometido en una deuda grande.
Impacto en tu puntaje y en tu vida crediticia
Tu score no solo depende de si pagas o no. También se alimenta de cuánta deuda tienes, por cuánto tiempo y qué proporción representan tus obligaciones frente a tus ingresos. Ser codeudor de un crédito de vivienda puede:
- Aumentar tu nivel de endeudamiento total, disminuyendo tu capacidad para adquirir otras obligaciones.
- Hacer que nuevas solicitudes se aprueben por montos menores o con tasas más altas.
- Afectar tu negociación con bancos, incluso si jamás has caído en mora.
Hay matices entre entidades. Algunas, si demuestras que el deudor principal ha pagado puntual por un largo periodo, pueden “ponderar” parcialmente la obligación en tu evaluación. Otras la consideran al 100%. Por eso hay personas que se preguntan: “¿puedo sacar un crédito hipotecario si ya soy codeudor?”. La respuesta es “sí, pero será más difícil y probablemente con condiciones menos favorables”.
¿Qué pasa si el deudor principal no paga?
Si el deudor se atrasa más de 30 días, el crédito se reporta en centrales de riesgo. La entidad te contactará porque eres codeudor de ese crédito hipotecario y puede exigirte el pago de las cuotas vencidas o el total de la deuda, según el contrato. El proceso puede continuar con la ejecución de la hipoteca (remate del inmueble) y, si no alcanza, con embargo de cuentas o salarios del deudor y del codeudor.
En muchos créditos hay seguros de vida deudores y, a veces, seguros de desempleo o incapacidad. Sirven, pero no cubren todo ni siempre se activan. Revisa la póliza: exclusiones, periodos de carencia y hasta qué porcentaje de la deuda respalda. No es raro que el seguro cubra eventos del deudor principal pero no del codeudor, o viceversa, dependiendo de cómo esté contratado.
¿Y si fallece el codeudor?
Cuando muere el codeudor, la obligación no desaparece. Si había seguro de vida deudores que lo incluía, la póliza puede cubrir la porción asegurada. Si no, la responsabilidad subsiste y puede afectar el trámite de sucesión, ya que la masa hereditaria responde por las deudas. De nuevo, revisa la póliza y pide certificación de cobertura específica para cada deudor.
¿Puede el codeudor salirse más adelante?
Salir no es automático ni garantizado. Existen alternativas, pero todas requieren aprobación del banco:
- Sustitución del codeudor por otro con perfil equivalente o mejor.
- Novación o compra de cartera donde el deudor refinancia y logra que lo evalúen sin codeudor.
- Aportes extraordinarios a capital para bajar la cuota y cumplir los indicadores sin coobligado.
- Subrogación del crédito a otra entidad que acepte liberarlo.
En cualquiera de estos caminos, el banco expide una carta de liberación del codeudor. Hasta que no tengas ese documento y se actualicen las centrales de riesgo, sigues siendo responsable.
¿Qué debe saber un posible codeudor antes de firmar?
Piensa en el escenario más probable, pero también en el menos favorable. No basta con confiar en la buena voluntad del deudor; necesitas datos y acuerdos.
- Pide y revisa el flujo de ingresos del deudor de los últimos 12 meses y su endeudamiento actual.
- Solicita el plan de contingencia: ¿qué pasa si pierde el empleo? ¿Tiene ahorros para 6 meses de cuota?
- Verifica los seguros del crédito: quiénes están cubiertos, qué eventos, cómo se reclama y en qué plazos.
- Establece un acuerdo privado por escrito sobre reembolsos, información y comunicación de pagos.
- Define indicadores de salida: por ejemplo, solicitar la liberación cuando la deuda baje a cierto nivel o cuando el deudor mejore ingresos.
Estas conversaciones parecen incómodas, pero evitan malentendidos y resguardan relaciones personales y familiares.
Requisitos prácticos y documentación habitual
Para que no te tome por sorpresa, la entidad puede pedirte como codeudor: copia de cédula, certificación laboral con antigüedad, desprendibles de nómina, extractos de 3 a 6 meses, declaración de renta, certificación de ingresos y retenciones, RUT si eres independiente, y autorización de consulta en centrales de riesgo. Prepárate para actualizarlos si el estudio demora.
Un consejo extra: si eres independiente, organiza tu contabilidad y soportes antes de ofrecerte como codeudor. Ingresos no bancarizados o inconsistentes suelen llevar a negaciones, aún si el negocio “va bien”.
Mitos frecuentes que vale aclarar
- “Si todo está al día, no me afecta”: incorrecto. La sola existencia del crédito impacta tu capacidad, incluso sin mora.
- “Soy codeudor, entonces soy dueño”: falso, salvo que también figures en la escritura.
- “Si rematan el bien, ya quedo libre”: no siempre. Si con el remate no alcanza para cubrir la deuda, puedes seguir debiendo.
- “Puedo salirme cuando quiera”: no. Solo con autorización de la entidad y una operación de reemplazo o refinanciación aprobada.
Señales de alerta para decir “mejor no”
Si el deudor ya tiene otros atrasos, si depende de ingresos muy variables sin colchón de liquidez, si hay tensiones familiares por dinero o si el crédito exige un plazo al límite para poder pagar la cuota, las probabilidades de estrés financiero aumentan. Y recuerda el insight que pocos mencionan: aun con pagos perfectos, ser codeudor limita tus propios planes financieros durante años.
Consejos finales para tomar una buena decisión
Antes de aceptar ser codeudor de un crédito hipotecario, pon en papel tus metas a 3 y 5 años: cambiar de carro, estudiar, emprender o comprar vivienda. Ser codeudor podría retrasarlas. Habla con tu banco o con un asesor independiente y pregunta explícitamente cómo ponderan las obligaciones siendo codeudor. Si tu objetivo es adquirir tu propia vivienda pronto, evalúa alternativas como ahorrar una mayor cuota inicial, mejorar tu score o esperar unos meses para fortalecer tu historial.
También puedes explorar opciones intermedias: comenzar como codeudor con un plan claro para salir en 24 meses, pactar aportes extraordinarios y dejar por escrito los pasos para la liberación. La diferencia entre una buena y una mala experiencia no está en la figura del codeudor, sino en el nivel de preparación y transparencia entre las partes.
En pocas palabras: decide con la foto completa
Un crédito hipotecario con codeudor puede abrir puertas y acelerar el sueño de comprar vivienda. Pero no es un favor menor ni un trámite simbólico. Es una responsabilidad legal y financiera de largo plazo que impacta tu puntaje, tu capacidad de endeudamiento y tus decisiones futuras, incluso cuando todo va bien. Si te informas, pones condiciones claras y revisas salidas posibles desde el principio, podrás apoyar a alguien que quieres sin hipotecar tu propia tranquilidad financiera.